Son las 10 pm y me acabo de bajar del tren en Aguascalientes (un pueblo mágico de la cordillera peruana), un viento de lluvia helada me obliga a cubrirme completamente, le pregunto al primer guardia que vi: “¿dónde queda el hotel más cercano?”, él me mira un poco extrañado y me señala los alrededores. “Puede ir a cualquiera de los que están aquí alrededor”. Me dice. Observo a través de la carrilera, y veo una serie de hoteles de todo tipo. Algo me dice que debo buscar más hacia las afueras de este sitio. Camino dos cuadras y llego a un sitio con un ambiente que llenaba plenamente mis expectativas (acogedor y de buen precio). Ingreso al lobby y veo varias familias de europeos alrededor de un fondue, hablando de lo maravilloso que había sido el día y de lo que les esperaba al siguiente. Así mismo estaba yo…. ¡¡¡¡A punto de conocer una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno: MACHU PICCHU!!!!
Era viernes y la semana en Perú había sido maravillosa. Los primeros días con el equipo de Payválida, en una serie de encuentros con todos los colaboradores, evidenció en mí el gran equipo humano que está detrás de cada uno de los procesos y las ganas inmensas de cumplir con grandes objetivos, cada uno desde su gestión. Qué alegría poderme reunir con todos, y refrendar la actitud y compromiso de cada uno de ellos. Pedro con su infatigable labor, siempre pendiente de cómo resolver inquietudes, incluso, en algunos momentos atendiendo hasta 3 llamados simultáneos; Fernando con su experiencia y dinamismo polivalente; Aquiles, el abogado que brinda tranquilidad con su excelente gestión; Yefri, qué gran experiencia y conocimiento del entorno; Harold, un chico que sabe lo que quiere y cuya gestión comercial se avista muy exitosa; Johana Villanueva, mi tocaya JV y recién trasladada al Callao; Maribel, siempre alegre, y próxima a contraer nupcias; Angie, con unas ganas inmensas de triunfar en Payválida, y Luis Daniel, qué calidad de ser.
Éste equipo de trabajo, transmite una inmensa tranquilidad y confianza en virtud de alcanzar las metas propuestas, pues se destacan por los valores y competencias dentro de su labor diaria.
Las experiencias en Perú esta semana han sido maravillosas. La combinación de Lima con la región del Cusco, reflejan lo que es hoy la humanidad: La necesidad del ser humano de modernizarse sin perder la magia de lo ancestral. En este gran país, se vive al 100%. Además, lo competente de la región del Cusco para integrar el turismo con la esplendorosa arqueología, mezclada con unos paisajes exuberantes y envolventes que invitan a la reflexión de cómo podemos aportar desde Payválida a mejorar el mundo sin perder nuestras raíces ancestrales es maravilloso.
De regreso a Cusco en “la camioneta”, puedo percatarme de cómo el efectivo sigue siendo el rey, y las redes de recaudo con las cuales tenemos convenio directo, tienen una capilaridad enorme, lo que permite a la población acceder cómodamente a los diferentes establecimientos, a la par de las oportunidades de ofrecer y encontrar medios de pagos alternativos.
¡Ojalá los días fueran más largos y el reloj anduviera más despacio para poder plasmar en mi ser estos momentos tan maravillosos de compartir experiencias para continuar forjando las grandes proyecciones de crecimiento con todo el gran equipo de Payválida Perú!!